El estadista fue invitado por el Fórum Nacional de Periodistas, que entonces lideraba Eduardo Quirós, quien le sugirió leer La oveja negra al poder, un libro que cuenta la vida del exgobernante en conversaciones desde lugares como su chacra, el Vaticano y la Casa Blanca, reuniéndose con personajes desde líderes mundiales hasta amistades íntimas.
“Me impresionó la capacidad de mantenerse con los pies puestos sobre la tierra desde el poder y el ser un hombre sin rencor», opinó el comunicador citado por el diario La Estrella de Panamá.
A juicio de Quirós, el exmandatario tenía todo el derecho a tener rencor hacia la sociedad, hacia los partidos, hacia quienes habían heredado el poder. Había estado preso, maltratado, perseguido, vilipendiado, injuriado.
Mujica fue guerrillero del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros en las décadas de 1960 y 1970, tiempo durante el cual lo hirió de seis balazos la policía. Capturado por la dictadura militar, pasó más de 13 años en prisión, muchos de ellos en condiciones infrahumanas y sin contacto con el exterior.
Luego del regreso de la democracia a Uruguay, fue senador, luego ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, y finalmente presidente por el colectivo Frente Amplio.
Mujica le dijo a Quirós que le gustaría ir a Panamá, pero que por su edad era complicado. Le prometió que cuando se presentara la oportunidad, aceptaría la invitación.
“Un día, así de la nada, nos llama y nos dice una secretaria: el expresidente Mujica va en ruta a España y va a pasar por Panamá. Él recuerda que él hizo el compromiso con ustedes de que si pasaba por Panamá atendía la invitación que le habían hecho”, precisó el periodista.
Y fue así como Mujica visitó Panamá. Participó en un conversatorio en el hotel Sheraton, en la capital; donde no cabía un alma y las personas se agrupaban afuera del salón en silencio para no perder una palabra.
También fue a la Universidad de Panamá, donde brindó una conferencia con el nombre “Perspectiva del Desarrollo Democrático y la Equidad Social en América Latina y el Caribe”, y recibió un doctorado honoris causa.
“Habló del diálogo, de conversar, de hablar, de la necesidad de políticos que escuchen a la gente”, rememora Quirós. Su presentación se extendió más de una hora de lo planeado. Nadie se movió.
Durante su estadía en Panamá estuvo acompañado solo de una persona. Mujica rechazó cualquier agasajo o invitación, ni siquiera consintió que le pagaran la habitación de hotel, prefiriendo compartir un cuarto en la casa de la embajadora de Uruguay en Panamá, indicó Quirós.
En su mensaje de condolencias por el fallecimiento del político, el Ministerio de Relaciones Exteriores rememoró también que Panamá le concedió a Mujica la Orden Manuel Amador Guerrero, en el grado de Gran Cruz, en exaltación a sus logros como figura política y social.
Además reconoció su contribución al fortalecimiento de las relaciones políticas, diplomáticas, culturales y sociales entre los pueblos del continente.
“Como diputado, senador, ministro de Estado y luego como presidente entre el 2010 y el 2015 fue un ejemplo de consecuencia política y de cualidades humanas que marcaron una época para su país , Uruguay, y una inspiración para generaciones de políticos de la región, según ese texto.
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