En entrevista con SANA, Vargas Llosa explicó que esta cifra incluye a los que retornaron de Jordania, Líbano, Turkiye, Iraq y Egipto, desde la caída del gobierno de Bashar Assad en diciembre del 2024 y no abarca a los desplazados internos retornados que superan el millón.

El funcionario de la ONU explicó que la infraestructura en Siria ha resultado gravemente dañada y que la Acnur se esfuerza por cumplir su papel de proporcionar apoyo, en particular, a los desplazados, en cooperación con agencias de las Naciones Unidas y organizaciones no gubernamentales.

Nuestra asistencia incluye apoyo de transporte para los refugiados y desplazados más vulnerables, un gran segmento de los cuales, particularmente en Jordania y Líbano, desean regresar pero no pueden afrontar los costos del viaje, aclaró.

Según afirma Vargas Llosa, lo que hace Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) por sí solo no es suficiente y lo que garantizará el regreso y la estabilidad de millones de refugiados es el levantamiento de las sanciones, el lanzamiento de proyectos de inversión a gran escala y la creación de un entorno legal que permita al sector privado operar dentro del país.

El jefe de la misión advirtió que las municiones sin detonar y las minas constituyen uno de los mayores obstáculos para el regreso de los refugiados, y destacó la necesidad de que la comunidad internacional, en cooperación con las autoridades sirias, logre avances tangibles en esta cuestión, ya que a diario hay sirios que mueren o resultan heridos debido a estos peligros.

Explicó que Acnur realizó una encuesta entre representantes de los refugiados sirios en la región después del 8 de diciembre, sobre sus intenciones de regresar, y el resultado fue que aproximadamente el 80 por ciento de ellos expresaron su deseo de volver a su país.

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