La normativa, aprobada en primera legislatura de forma unánime en una sesión especial de la Asamblea Nacional (parlamento) celebrada en homenaje al aniversario 130 del natalicio de Augusto C. Sandino, también establece que los nicaragüenses perderán su nacionalidad si adquieren otra.
Según la exposición de motivos de la ley, la nacionalidad no es un trámite administrativo, sino un pacto sagrado de lealtad, por tanto, “quien adquiere otra nacionalidad y jura lealtad a un Estado extranjero, rompe el vínculo jurídico y moral con Nicaragua. No puede existir doble fidelidad: la patria exige compromiso exclusivo”.
El presidente del parlamento, Gustavo Porras, manifestó que se trata de una reforma que nace del espíritu sandinista y de aquellos pensamientos donde con claridad expresa que la nacionalidad da el derecho a reclamar, luchar y a salir adelante.
“Aquel que a estas alturas quiera servir a un Estado extranjero que deje de ser nicaragüense y es absolutamente democrático, si solo lo único que decimos es, aquel que obtenga una nacionalidad extranjera pierde la nicaragüense, la opción la toma él, pero nosotros sabemos lo que eso significa”.
“Y por eso el comandante Daniel (Ortega) mandó esta reforma, porque profundizamos nuestra revolución, nuestra nicaraguanidad, nuestro sandinismo y seguimos haciendo que la lucha siga”, subrayó el diputado en Niquinohomo tierra natal de Sandino.
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