La Oficina de Medios del Gobierno en la Franja responsabilizó en un comunicado al primer ministro Benjamin Netanyahu y a esos países por lo que describió como genocidio contra los palestinos.

“Nos enfrentamos a una catástrofe humanitaria en toda regla, con decenas de panaderías cerrando, hospitales dejando de funcionar uno tras otro y residentes privados de las necesidades más básicas para vivir, incluidos alimentos, agua, electricidad y medicamentos”, advirtió.

La institución destacó que los signos de hambruna y el colapso humanitario están empeorando a un ritmo rápido en el enclave costero, donde viven más de dos millones de personas.

Afirmó que Gaza necesita para revertir la situación al menos 500 camiones cargados con ayuda cada día y otros 50 con combustible.

“El estrangulamiento deliberado está provocando hambre y desnutrición generalizadas, especialmente entre los niños, los enfermos y los ancianos, en una escena que recuerda los asedios y genocidios más brutales de la historia moderna”, subrayó.

Recalcó que tal situación no es resultado de desastres naturales, sino más bien el resultado directo de políticas sistemáticas aplicadas por Israel, en flagrante violación de todas las normas internacionales, en particular las Convenciones de Ginebra.

La Oficina consideró que la renuencia a actuar para salvar a los civiles de la hambruna y de una muerte lenta es una mancha para el mundo.

Por ello, llamó a la comunidad internacional a presionar a Netanyahu con el objetivo de finalizar la agresión y el bloqueo impuesto a la Franja “sin demora ni condiciones”.

También pidió que se permita a Naciones Unidas y a las ONG operar libremente y con seguridad dentro de Gaza.

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