Los esfuerzos por localizar a la alférez Ashley Vargas y al fuselaje del avión continuaron pese a que un supuesto pescador no identificado comunicó por teléfono móvil al padre de la joven, Edgar Vargas, que había rescatado a su hija 180 millas mar afuera de la provincia sureña de Pisco.
Las autoridades verificaron el informe y determinaron que el reporte tenía incoherencias porque consignaba una localización a una distancia a la que no llegan las redes de telefonía móvil y es imposible que la joven se encontrara frente a Pisco, pues la corriente marina la habría llevado mucho más al norte. El engaño, repudiado por la prensa por su crueldad, quedó totalmente al descubierto cuando el incógnito informante llamó nuevamente a Edgar Vargas y le pidió una transferencia de dinero supuestamente para comprar el gasto en combustible.
La FAP informó que despliega todos los medios humanos, aéreos, marítimos y terrestres, disponibles en la búsqueda y rescate de la alférez Vargas e invocó “prudencia en las informaciones que se difundan al respecto”.
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