Otro resultado de la acción, inserta en una vasta ofensiva oficial, fue la captura de armas y pertrechos, la destrucción de escondites de los insurgentes, y un número indeterminado de prisioneros, entre ellos comandantes, siempre según el parte castrense.
Las alegaciones castrenses aparecieron en la prensa junto a fotos que muestran los escondites destruidos por la fuerza de élite Danab encargada del peso fundamental de la ofensiva contra Al Shabaab, leal a la red Al Qaeda y principal enemigo del gobierno del presidente Hassan Cheikh Mohamoud, quien prometió aniquilarlos.
De confirmarse a veracidad del arte, la relación de insurgentes islamistas muertos desde el inicio de la ofensiva en curso asciende a 120, entre ellos jefes de unidades.
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