La cantidad de casos representan el 86 del total registrado entre 2023 y abril de este año.
Círculos oficiales aseguran que tal progreso demuestra la urgente respuesta de la administración del presidente Luiz Inácio Lula da Silva al desastre de los años (2019-2022) de mandato del político ultraderechista Jair Bolsonaro.
Bolsonaro puso fin a las medidas para combatir el trabajo infantil y con Lula se reanudaron las acciones de inspección para enfrentar ese azote y garantizar un futuro digno para pequeños y jóvenes.
Los hechos, según las fuentes, revelan además el compromiso del Gobierno federal para garantizar que estos infantes y adolescentes no solo vean respetados sus derechos, sino que también sean derivados a la red de protección y a los programas de aprendizaje.
En 2023, la Auditoría de Inspección del Trabajo identificó y retiró de esas indebidas actividades a dos mil 564 niños y jóvenes.
Mientras el año pasado, la cifra ascendió a dos mil 741, y entre enero y abril, la auditoría rescató a mil 67.
Las principales faenas económicas que utilizan trabajo infantil desde 2023 son el comercio minorista, la agricultura y la ganadería, los talleres de mantenimiento y reparación de vehículos automotores y el sector alimentario.
Adolescentes son la mayoría del total de retirados de esas labores y el mayor número se registró en el grupo de edad de 16 y 17 años, con cuatro mil 130, casi todos involucrados en actividades consideradas las peores formas o perjudiciales para el desarrollo físico, psicológico, moral y social.
Los niños representan el 74 por ciento de los casos y las niñas, un 26.
Hasta los 13 años, cualquier forma de labor está prohibida, pero la inspección del Ministerio de Educación y Tecnología detectó a 791 niños y adolescentes en situación de trabajo infantil. En el grupo de edad de 14 a 15 años, se notificaron mil 451 expedientes.
«El trabajo infantil compromete el desarrollo integral de niños, niñas y adolescentes, los aleja de la escuela y contribuye a la reproducción de ciclos de pobreza y desigualdad social», señaló el coordinador nacional de Inspección de Trabajo Infantil del ministerio, Roberto Padilha Guimarães.
Destacó que la erradicación del flagelo depende de la acción conjunta del Gobierno, los trabajadores, los empleadores, los sindicatos y la sociedad civil.
«Solo con este esfuerzo colectivo será posible garantizar a todos los niños, niñas y adolescentes un futuro libre de explotación y con acceso real a oportunidades y dignidad», remarcó.
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