Solo de enero a mayo último 880 niñas entre 10 y 14 años quedaron embarazadas, lo cual significa seis diarias, subrayó una columna de opinión en el medio, que recordó el caso de una menor de 14 años embarazada tras ser violada en la guardería a la que asistía.
En base a datos del Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva (OSAR), sumó a la cifra anterior las adolescentes entre 15 y 18, con las cuales el número crece a más de 18 mil, un promedio diario de 117.
Solo el uno por ciento de los casos llega a sentencia condenatoria, remarcó el comentario, que expuso asimismo cómo la violencia sexual y el embarazo forzado le causan profundos traumas a estas menores.
El OSAR advirtió a mediados de marzo pasado que las edades de las progenitoras oscila entre los 10 y 19 años, con este departamento capital con la mayor incidencia de casos, seguido de Huehuetenango y Alta Verapaz.
En cuanto a los grupos de edades de las madres: 365 nacimientos sobrevinieron desde enero hasta esa fecha de niñas de 10 a 14 y nueve mil 149 de adolescentes entre los 15 y 19, amplió.
Estos embarazos disminuyeron durante el primer semestre de 2024 en el país, aunque las cifras siguen siendo vergonzosas, según precisó el Ministerio de Salud y Asistencia Social.
Datos oficiales de este territorio centroamericano dan cuenta de que 14 mil 696 niñas, es decir, menores de 14 años, dieron a luz entre el 2018 y el 2024.
El Congreso aprobó en el 2009 la ley denominada “Contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata”, en la cual todos estos embarazos se enmarcan en delitos de violencia sexual con agravación de la pena.
Sin embargo, un informe reciente titulado “Niñas teniendo niños”, de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala, reveló que la norma poco o nada se cumple en departamentos con mayoría de población indígena, como Huehuetenango y Alta Verapaz.
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