Por Fausto Triana
No se atisban vertientes diferentes en el horizonte y las propias palabras este viernes del líder del conservador Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, señalan unas semanas o meses bastante turbulentos.
Feijóo dejó en claro dos aspectos: no cejará en su empeño de sacar del Palacio de la Moncloa a Pedro Sánchez, para imponer “una verdadera democracia transparente”, y tampoco se prestará a promover una moción de censura al mandatario.
Lo segundo tiene una explicación lógica. El PP, de momento, no cuenta con los apoyos suficientes en el Congreso de Diputados para ganar una moción de censura contra Sánchez, con lo cual, de hacerse, legitimaría aún más al actual jefe del Ejecutivo.
Un discurso hoy del rey Felipe VI llamó la atención por su contenido transversal, aunque se tratara de la entrega de un galardón impulsado por el Colegio de Registradores de España y el Decanato Autonómico de los Registradores de Madrid.
Si Majestad, remarcó que la legitimidad de las instituciones se alimenta de la confianza de la ciudadanía y merecerla requiere un esfuerzo diario. En ese sentido, defendió la labor de los jueces y magistrados, que velan por el principio de igualdad ante la ley.
Felipe VI entregó el Premio Gumersindo de Azcárate a la presidenta del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Isabel Perelló.
La víspera, en medio de un socavón de consecuencias imprevisibles, con dos figuras socialistas en un entramado de corrupción, Sánchez apeló a su mística y descartó convocar a elecciones anticipadas.
También pidió reiteradas veces perdón a los españoles por el caso de Santos Cerdán, hasta ayer secretario de Organización del Partido Socialista (PSOE), y prometió medidas internas en la agrupación, como una auditoría externa.
Además, subrayó sentirse “decepcionado y triste” tras conocer este jueves el contenido de un informe que señala presuntos actos de corrupción de Cerdán e involucra a su antecesor en el PSOE y ex ministro de Transportes, José Luis Abalos.
Sin embargo, las 490 páginas difundidas por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, son tan contundentes como reveladoras de una trama de corte mafioso para delinquir con dineros públicos y deja muy tocado al PSOE.
En realidad, como observadores apuntaron ayer, la dimisión del número tres de los socialistas, colocó al Gobierno al borde de la implosión, al revolver más el ya crispado avispero político.
Cerdán renunció al cargo de secretario de Organización del PSOE y a su acta de diputado, tras el reporte de la UCO, según el cual pudo haber gestionado comisiones (mordidas) en adjudicaciones de obras públicas en favor de Ábalos y de su exasesor Koldo García.
Núñez Feijóo insistió en que las excusas de Sánchez son insuficientes y el país quiere proyectarse hacia una democracia sólida y transparente.
En la misma línea se pronunciaron dos pesos pesados del PP, los presidentes de las Comunidades Autónomas de Madrid, Isabel Dïaz Ayuso, y de Andalucía, Juanma Moreno.
La mayoría de los analistas en España coinciden que salvo hallar un camino salvador, a Sánchez no le quedará más remedio que adelantar las elecciones generales.
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