El primer ministro cambodiano, Hun Manet, denunció la inestabilidad de la situación en la frontera, y destacó las acciones militares tailandesas, incluyendo la excavación de trincheras y el despliegue diario de artillería pesada.
Manet señaló que, a pesar de las acusaciones mutuas y las diferencias de opinión, las actividades militares tailandesas continúan sin cesar.
A su vez, rechazó las acusaciones de que tropas cambodianas apuntaron un cañón hacia territorio tailandés, con el argumento de que es ilógico dirigir armamento pesado hacia propio territorio.
Manet enfatizó que estas acciones no representan una agresión de Cambodia, sino que, por el contrario, son las acciones unilaterales de Tailandia las que están alimentando las tensiones.
Cambodia mostró paciencia ante las provocaciones de los tailandeses, como amenazas de cortar el suministro eléctrico e internet, el cierre de cruces fronterizos y la designación unilateral de territorios como pertenecientes a Tailandia.
Las tensiones surgieron tras un enfrentamiento fronterizo el 28 de mayo que resultó en la muerte de un soldado cambodiano.
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