La Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE) actualizó los estados de alerta sobre ese fenómeno natural y dejó únicamente en alerta amarilla al Parque Nacional Volcán Poás y al distrito de Toro Amarillo, según el periódico Delfino CR.
Los informes científicos del Comité Asesor Técnico en Vulcanología y Sismología, integrado, entre otros, por el Observatorio Vulcanológico y Sismológico (Ovsicori) revelaron «una clara tendencia a la estabilidad en el proceso volcánico en las últimas semanas», lo cual justificó la medida sobre la reducción de alertas por riesgos.
«El análisis se basó en una disminución de eventos eruptivos significativos, menor actividad sísmica relacionada con el volcán, entre otros elementos de importancia», explicó el presidente de la CNE, Alejandro Picado.
No obstante –advirtió- aún se recomienda precaución en sectores aledaños a los ríos Desagüe, Agrio, Anonos y Gorrión, ante la posibilidad de nuevas emisiones de ceniza.
Los principales hallazgos del monitoreo técnico comprenden la ausencia de erupciones importantes desde el 19 de mayo; una reducción en el tremor (temblor) sísmico y en la actividad volcano-tectónica; menor emisión de gases y ceniza; y la reaparición del lago en el cráter, agrega un reporte del Ovsicori.
“El levantamiento y la expansión del cráter también cesaron, y las muestras de gases revelan una disminución en el aporte de magma superficial”, agregó el ente científico, pero “persiste –alertó- la posibilidad de erupciones freáticas impredecibles, caída de rocas en las inmediaciones del cráter y afectación por gases tóxicos”.
Las autoridades mantienen cerrado al público el Parque Nacional Volcán Poás, limitado solo para actividades no esenciales, dado que “no es segura la visitación en el lugar”, sentenció Picado.
El llamado “coloso” alajuelense mantuvo en vilo al país en los últimos meses por sus fuertes erupciones, con expulsión de rocas, cenizas que llegaron hasta la capital y columnas de gases de varios kilómetros de alto, cuyos compuestos como el azufre causaron daños humanos, envenenamiento de ríos, destrucción de cosechas y comercios y otros daños económicos.
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