Los esfuerzos del mandatario saliente, el presidente nigeriano, Bola Tinubu, entregará el testigo sin resultados prácticos en la integración económica regional y mucho menos la fiduciaria, un tema candente debido a que Francia, la exmetrópoli colonial de varios miembros, aún controla sus respectivas divisas.
Pero el asunto más candente es el portazo que dieron tres de sus miembros, Malí, Burkina Faso y Níger, después que sus respectivos gobiernos militares, salidos de sendos golpes de Estado, rehusaron devolver el poder a los gobiernos civiles que derrocaron.
La Cedeao amenazó con una intervención militar, la cual fue diluida por los tres inconformes con la rúbrica de un acuerdo de defensa mutua y la formación de una Alianza de Estados del Sahel (AES) y, en términos geopolíticos, la negativa de la inmensa mayoría de los países africanos a condenar la operación militar especial rusa en Ucrania demandada por las exmetrópolis coloniales y Estados Unidos.
Por el contrario, los integrantes de la flamante AES denunciaron que la Cedeao actúa como portavoz de las potencias occidentales y, varios Estados miembros rompieron sus acuerdos militares con Francia, y Estados Unidos en el caso de Níger, y anudaron pactos económicos, diplomáticos y castrenses con Moscú.
Este cuadro limita al resultado más tangible del mandato nigeriano a las declaraciones habituales de propósitos y la elección del nuevo presidente en ejercicio que, según el acuerdo fundacional, rota entre países anglófonos y francófonos, lo que deja a Senegal como candidato con más posibilidades.
oda/msl