Expertos de RDC y Ruanda rubricaron la semana pasada el texto de un posible acuerdo de paz, que debe ser analizado esta semana por las delegaciones ministeriales para su rúbrica el 27 de junio, en presencia del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio.
Sin embargo, entre las razones que siembran la duda sobre la efectividad de este pacto está el hecho de que los rebeldes de la Alianza del Río Congo-Movimiento 23 de Marzo (AFC/M23), que actualmente tiene el control de buena parte de las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur, no está incluido en el convenio. Esta fue una de las cuestiones que hizo fracasar la firma del Acuerdo de Luanda el 15 de diciembre del 2024, por lo que en esta ocasión el texto incluye apenas una alusión al compromiso de las partes de apoyar las conversaciones entre el Gobierno de RDC y el AFC/M23 en Qatar.
Washington, que ha tomado protagonismo en la búsqueda de una solución al conflicto en el este congoleño particularmente luego del anuncio de un acuerdo sobre minerales estratégicos con la RDC tras la visita del asesor principal del presidente de Estados Unidos para África, Massad Boulos, parece no tener interés en los rebeldes.
Un funcionario ruandés participante en las negociaciones reveló al medio Actualité. CD que el tema de apoyar el llamado Proceso de Doha fue algo que los estadounidenses no tuvieron en cuenta y se añadió en los debates.
Actualmente los rebeldes del AFC/M23 y los representantes de Kinshasa tienen en sus manos una propuesta qatarí que debe ser consultada a sus líderes para volver a la mesa de diálogo.
Pero dadas las raíces del conflicto: étnicas, económicas, políticas y culturales; así como la actual situación, donde los rebeldes instauran gobiernos paralelos en las localidades que denominan como “liberadas”, está por ver si logran un punto de convergencia y un acuerdo que satisfaga a ambas partes.
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