Como cada año el pueblo le rinde tributo al también conocido como el padre de la Revolución Popular Sandinista, resaltando los principios y valores del revolucionario nicaragüense.

Fonseca mantuvo su sentido de justicia y pensamiento crítico sobre un sistema político y social desigual e injusto, explotador, clasista y excluyente, instaurado en esta nación centroamericana por la dictadura somocista. Para el pueblo nicaragüense la mayor herencia que dejó Fonseca fue la fundación del FSLN, la única fuerza organizada capaz de retomar, enaltecer y materializar los ideales del General Augusto C. Sandino y emprender una lucha inclaudicable en contra de la dictadura somocista y sus patrocinadores estadounidenses.

“Le decimos a Carlos que aquí hay un pueblo y hay una juventud, que está multiplicada por todos lados, realizando jornadas de servicio, de atención, de cooperación al pueblo y sobre todo a los más humildes, a los más empobrecidos”, expresó hace un tiempo el copresidente Daniel Ortega.

A decir de la copresidenta Rosario Murillo, Fonseca tuvo la genialidad de sintetizar la experiencia histórica del pueblo, de la lucha por la soberanía, dignidad nacional y la teoría revolucionaria. “Y eso creo yo, además de su valentía personal, su visión, nos deja a todos con la inmensa responsabilidad de seguir el camino para ir adelante construyendo el presente y el futuro con derecho, libertad, dignidad y fraternidad”, subrayó la mandataria.

Conocido por su apego a las luchas de los desfavorecidos, Carlos Fonseca Amador es uno de los principales referentes del sandinismo en esta nación centroamericana por su permanente lucha contra la dictadura somocista.

El 8 de noviembre de 1976, luego de ser víctima de una emboscada cayó en combate junto a otros guerrilleros del FSLN como Benito Carvajal y Crescencio Aguilar.

mem/ybv