La respuesta cambodiana llegó luego de que Jantararuangtong se hiciera eco de reportes de medios internacionales que acusan a Cambodia de ser el principal centro de cibercrimen transnacional, con indicios de apoyo estatal y de figuras poderosas.
Esta declaración se produjo en medio de una creciente preocupación regional sobre las operaciones de estafas en línea que se han extendido por el sudeste asiático, y atraído el escrutinio y atención mediática internacional.
Varios informes señalaron a Cambodia, junto con Myanmar, Laos y Tailandia, como lugares donde operan los llamados «complejos de estafas» y los extranjeros son a menudo traficados y coaccionados para llevar a cabo fraudes cibernéticos.
Sin embargo, el gobierno cambodiano refutó enérgicamente estas acusaciones y enfatizó que no apoya ni protege redes de ciberdelincuencia a gran escala.
En consecuencia, el ministro de Correos y Telecomunicaciones, Chea Vandeth, se pronunció contra las acusaciones y destacó la firme postura de Cambodia sobre la ciberdelincuencia.
La nación asiática considera la imputación como una actitud confrontativa.
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