RDC y Ruanda por firmar acuerdo de paz en EEUU

Kinshasa, 27 jun (Prensa Latina) Los cancilleres de República Democrática del Congo (RDC) y de Ruanda deben firmar hoy, en Washington, un acuerdo de paz negociado bajo la mediación de Estados Unidos y Qatar.

Medios nacionales destacan el tema, mientras el denominador común es si logrará implementarse un tratado sobre el cual figuras nacionales, como el como el Premio Nobel de la Paz Denis Mukwege, expresaron dudas debido al tratamiento favorecedor hacia Kigali y la limitación del conflicto a sólo un actor.

La propuesta de Washington incluye disposiciones sobre el respeto a la integridad territorial y la prohibición de hostilidades; la retirada, el desarme y la integración condicional de grupos armados no estatales.

También aborda la implementación de un Mecanismo Conjunto de Coordinación de Seguridad, que incorpora el Concepto de Operaciones (Conop) del Proceso de Luanda; la facilitación del retorno de refugiados y desplazados internos, así como el acceso humanitario; y un marco de integración económica regional.

Mukwege consideró que este acuerdo favorece a Ruanda, pues evade el reconocimiento de su agresión a la RDC y en su opinión pretende encubrir los crímenes pasados y presentes bajo el manto de la “cooperación económica”.

Señaló que el acuerdo equivaldría a otorgar un incentivo a la agresión, legitimar el saqueo de los recursos naturales congoleños y obligar a la víctima a alienar su patrimonio nacional sacrificando la justicia para garantizar una paz precaria y frágil.

“Agregó que el conflicto es la continuación de 30 años de guerras de agresión y de numerosos crímenes internacionales que no pueden resolverse sin que los mecanismos de justicia transicional sean el eje central de los esfuerzos de paz.

“Considerar la integración económica y la cogestión de los recursos naturales con un Estado agresor, causante del saqueo sistemático de los recursos minerales y millones de muertes, sin mencionar la justicia y las reparaciones, es inconcebible para la población congoleña”, enfatizó.

Del otro lado está la cuestión de limitar el conflicto en el este congoleño a Ruanda como único actor, cuando existen más de 100 grupos armados y la Alianza del Río Congo-Movimiento 23 de Marzo (AFC/M23) mantiene ocupados varios territorio de las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur.

El acuerdo de Washington añadió de último minuto el respaldo de Kinshasa y Kigali a las conversaciones con los rebeldes del AFC/M23 en Doha, pero la realidad es que no habrá verdadera implementación del proceso de paz sin contar con los insurgentes, quienes controlan incluso algunos de los mayores enclaves mineros de la RDC.

La Casa Blanca celebra la firma del instrumento entre Ruanda y RDC como un logro de la administración Trump, y la rúbrica se realizará en Washington en presencia del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio.

No obstante, fue Doha quien logró que las partes volvieran a dialogar luego del fracaso en Luanda, Angola, en diciembre de 2024, y es también quien lleva la parte más pesada de las negociaciones, al estar a cargo de las conversaciones entre Kinshasa y el AFC/M23.

En tanto, organismos regionales como la Comunidad de África Oriental (CAO) y la Comunidad para el Desarrollo de África Austral (SADC) relegados en estas negociaciones, mantienen sus esfuerzos por no dejar morir los procesos de Luanda y Nairobi, ahora integrados.

Este miércoles el presidente congoleño, Félix Tshisekedi, se reunió con el expresidente nigeriano Olusegun Obasanjo, uno de los facilitadores designados para ayudar a encontrar soluciones al conflicto, quien venía de Ruanda.

Tras un intercambio de casi dos horas, Obasanjo aseguró que las conversaciones entre Kinshasa y Kigali van por buen camino, y dijo que su visita tuvo el propósito de explorar todas las opciones y garantizar que no haya más enfrentamientos militares ni violencia.

Al interior de la RDC los líderes religiosos tampoco pretenden dejar en manos de Washington la solución de un conflicto que debe atender sus profundas raíces étnicas, económicas, políticas y culturales para un verdadero fin, y continúan impulsando su pacto social para la paz en los Grandes Lagos.

mem/kmg

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