Los muertos por el ataque israelí eran parte del personal, militares, internos y visitantes, señala la comunicación del portavoz del sistema judicial persa, Asghar Jahangir.
Israel lanzó su masiva agresión con el alegado fin de destruir las instalaciones del programa nuclear pacífico de la República Islámica de Fordow, Natanz e Isfahan el cual incluyó edificios gubernamentales y la sede de la televisión nacional.
La operación ocurrió un día antes de la fecha señalada ara examinar en el Consejo de Seguridad de la ONU el genocidio israelí cintra la población de Gaza, a la postre suspendida.
Irán respondió con la operación Promesa Cumplida: el lanzamiento de proyectiles balísticos que burló el hasta entonces calificado de invulnerable sistema de defensa antiaérea israelí.
Los daños reales de esa respuesta son desconocidos en toda su magnitud, debido a la férrea censura de prensa impuesta por las autoridades israelíes, aunque las imágenes de los impactos en Tel Aviv, la capital, y otras ciudades que burlaron la veda informativa hacen pensar que fueron sustanciales.
Un ulterior ataque aéreo con los más modernos medios bélicos estadounidenses, entre ellos los bombarderos Spirit contra las tres instalaciones atómicas persas, tampoco cumplieron su cometido, a creer trascendidos de fuentes de inteligencia y medios de prensa del país norteamericano.
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