En un comunicado, la representación de Beijing acusó a Marino de “repetir hasta la saciedad mentiras” sobre China y las relaciones chino-panameñas.
China ejerce una “influencia maligna” en Panamá y en el canal interoceánico, aseveró el funcionario estadounidense entrevistado por el diario La Prensa, además de calificar como perjudicial la iniciativa china de la Franja y la Ruta, criticar presuntos préstamos predatorios y acusar de ciberataques.
En el texto de la embajada china se señala que el canal es y seguirá siendo de Panamá, y añade que Beijing ha respetado en todo momento la soberanía y neutralidad de esa ruta.
A su vez, recordó que fue Estados Unidos quien en el pasado llegó incluso a cerrarlo. “Ahora pretende usarlo con ‘paso gratuito’ e incluso ‘recuperarlo’”, agrega el texto.
Sobre la iniciativa de cooperación conocida como la Franja y la Ruta, la embajada destacó que más de 20 países latinoamericanos se han sumado, incluyendo recientemente Colombia y Ecuador.
En respuesta a las acusaciones sobre préstamos predatorios, la delegación diplomática afirmó que se actúa bajo principios de respeto mutuo, apertura y cooperación de ganar-ganar. Añadió que sus inversiones han impulsado el desarrollo económico de muchos países y mejorado el bienestar de sus pueblos.
Frente a las denuncias sobre presuntos ciberataques, el portavoz acusó a Washington de ser el “mayor origen de ciberataques del mundo” y un “imperio de hackeos”.
“Sus críticas contra China son un vívido ejemplo de la frase: ‘el ladrón juzga por su condición’”, subraya el mensaje.
La embajada también defendió el rol de sus empresas en proyectos portuarios, asegurando que operan conforme a las leyes locales, al tiempo que denunció que Estados Unidos utiliza “coerción económica” y prácticas hegemónicas que atentan contra los derechos de otros países.
El comunicado concluye que las afirmaciones del embajador estadounidense reflejan una mentalidad propia de la “Doctrina Monroe” y van más allá del rol diplomático que le corresponde.
Para China, los resultados de su cooperación deben ser evaluados única y exclusivamente por los Gobiernos y pueblos de estos países, concluyendo que las intervenciones de Estados Unidos no harán más que despertar un rechazo aún más generalizado entre los pueblos de Panamá y otros países de la región.
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