Las marchas de manifestantes acudieron a la sede del Ejecutivo para entregar una petición en la cual los firmantes demandan la creación de tribunales especiales para juzgar a acusados de crímenes de lesa humanidad cometidos en sucesivas guerras civiles entre 1989 y 2003, algunos de los cuales siguen libres e incluso participan en la vida política.
Aunque durante la demostración, vigilada de cerca por las fuerzas del orden, no se registraron actos de violencia ni de vandalismo, aún hoy varios comercios permanecen cercados y el crispamiento es perceptible en las calles metropolitanas.
Tras el derrocamiento del presidente William Tolbert sucesivos gobiernos castrenses combatieron por controlar el país en guerras civiles que dejaron un saldo de 250 mil muertos, según cómputos de aceptación universal, aunque existen dudas de su exactitud.
Tolbert fue el último de los presidentes de la elite creada por esclavos manumisos en Estados Unidos, trasplantados a principios del siglo XIX por el entonces presidente James Monroe a un territorio africano escogido al azar, hoy Liberia, sin tener en cuenta sus etnias.
Esos pioneros no tardaron en convertir a la población autóctona de su nueva patria en ciudadanos de segunda clase en una dominación mimética de la esclavitud a que fueron sometidos cuando sus progenitores fueron obligados a trabajar en zonas del sur estadounidense después de ser comprados como mercancía.
Los progenitores de esos nuevos pobladores fueron obligados a trabajar en las cosechas de tabaco, azúcar y otras labores en régimen de servidumbre.
Tras la asonada del sargento Samuel Doe, Tolbert y 13 de sus más cercanos colaboradores fueron ejecutados de manera sumaria y aún hoy se ignora dónde fueron sepultados.
La asonada dio lugar al establecimiento de sucesivos gobiernos castrenses que combatieron por controlar el país en guerras civiles que dejaron un saldo de 250 mil muertos, según cómputos de aceptación universal, aunque existen dudas de su exactitud.
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