Desde el corazón de América del Sur, la Ancreb-JM recuerda en una nota aquel amanecer del 26 de julio de 1953 no solo como el inicio de la lucha armada contra la dictadura de Fulgencio Batista, sino como el nacimiento de un proyecto de país que aún resiste embates internos y externos.

«Fue la chispa que prendió la llama de una larga lucha», indica el comunicado difundido por la asociación, evocando aquel momento liderado por Fidel Castro en pleno centenario del Héroe Nacional, José Martí.

Aquel intento de tomar por las armas un bastión del poder militar batistiano en la oriental ciudad de Santiago de Cuba, fue, según los cubanos residentes, el preludio de una revolución más profunda y duradera.

Pero el mensaje no se queda en el recuerdo. La Ancreb-JM afirma que la victoria del 1 de enero de 1959 marcó apenas el inicio de un proceso mucho más complejo, el de construir una sociedad socialista en medio de adversidades.

Destacan la Reforma Agraria como uno de los primeros pasos en favor del pueblo y denuncian que fue precisamente esa osadía la que provocó la reacción del Gobierno de Estados Unidos, que impuso un «cruel y genocida bloqueo» aún vigente tras más de seis décadas.

Subraya en tono firme que, a pesar del cerco económico, la Revolución ha logrado conquistas palpables: la erradicación del analfabetismo, el acceso masivo a la educación, una salud pública reconocida, el prestigio de sus médicos internacionalistas y avances científicos como el desarrollo de vacunas propias.

«El pueblo cubano ha sabido resistir», recalca el documento, en clara alusión a los sacrificios asumidos por generaciones enteras ante la hostilidad de Washington y las carencias económicas.

La Ancreb-JM advierte que las formas de agresión contra Cuba han cambiado con los tiempos. Ya no se trata solo del asedio económico o de sabotajes armados.

Actualmente, —afirman— hay una guerra más sutil: la de los medios, las redes sociales y las plataformas digitales utilizadas desde el exterior para generar descontento y «provocar golpes blandos».

Por lo anterior, llaman a la vigilancia y a una respuesta efectiva desde la unidad y la conciencia popular.

La asociación no se asume como observadora pasiva de estos acontecimientos. Por el contrario, ratifica su compromiso con la Revolución cubana y su pueblo, en un contexto que califican de «uno de los más difíciles de estas más de seis décadas de lucha».

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