La producción de granos de otoño representa la mayor parte del total anual del país y cuando faltan menos de dos meses para la cosecha, los cultivos se encuentran en una fase crítica de formación de rendimiento.
En los últimos meses regiones de China oriental y septentrional enfrentaron lluvias intensas, mientras que áreas del norte de la cuenca del río Amarillo sufrieron sequías y altas temperaturas.
Expertos agrícolas señalaron que, en la segunda mitad del año, se prevén fenómenos climáticos extremos, como sequías, inundaciones y tifones, lo que plantea desafíos para garantizar una cosecha exitosa.
Gobiernos locales y ministerios activaron medidas de emergencia para mitigar riesgos y proteger los cultivos.
Tras lluvias intensas en Beijing, las compañías de seguros pagaron hasta el 4 de agosto pasado unos 4,032 millones de yuanes (alrededor de 559 mil dólares) en indemnizaciones agrícolas en la capital.
El gobierno local reservó 112 mil 500 kilogramos de semillas para emergencias, más de 50 mil unidades de suministros para control de enfermedades animales y mil 266 equipos de drenaje.
Los ministerios de Finanzas y de Agricultura asignaron 197 millones de yuanes (unos 27,3 millones de dólares) para apoyar a siete provincias afectadas: Hubei, Hunan, Guangdong, Guangxi, Chongqing, Guizhou y Yunnan.
Asimismo, la cartera de Agricultura publicó un plan nacional con 34 medidas para prevenir desastres y proteger la cosecha.
Autoridades indican que, ante el aumento de fenómenos climáticos extremos, la gestión de desastres se ha convertido en una parte esencial de la producción agrícola.
En la actualidad el país impulsa la construcción de tierras agrícolas de alto estándar y la mejora de sistemas de drenaje para aumentar la resiliencia climática del sector.
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