Los más de 28 kilómetros recorridos por las llamas en 24 horas, el incendio comenzó ayer poco después de las 16:00, hora local, marcan un nuevo récord en el territorio francés, donde en los últimos 25 años el fuego más destructor se había registrado en julio del 2022, en Landiras, Gironde, con 12 mil 500 hectáreas de árboles consumidas.

Según diversas autoridades, una mujer perdió la vida y al menos 11 personas sufrieron heridas, nueve de ellas bomberos, mientras decenas de autos quedaron calcinados, al igual que una veintena de casas.

Más de dos mil bomberos continúan movilizados en Aude, con el apoyo de 600 medios aéreos y terrestres, sin que hasta el momento sea posible frenar el siniestro, ayudado por el viento, la baja humedad y las altas temperaturas.

El primer ministro François Bayrou visitó la zona del incendio forestal, donde lamentó “una catástrofe de una magnitud inédita”.

Bayrou compartió la preocupación de cientos de miles de habitantes y escuchó reclamos, como el presentado por el alcalde de Saint-Laurent-de-la-Cabrerisse, Xavier de Volontat, una de las 15 comunas afectadas, por la destrucción de 600 hectáreas de viñedos.

Por su parte, el ministro del Interior, Bruno Retailleau, también presente en Aude, anunció el refuerzo a partir de mañana con recursos militares, tanto helicópteros como efectivos.

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