En este tipo de conmemoraciones, siempre se recuerda el reto que el año pasado trajo consigo la prolongada sequía que atravesó el país y que impactó los reservorios que represnta los lagos artificiales de Gatún y Alhajuela, la más severa desde que se amplió la vía interoceánica en 2016.

Para muchos, gracias al trabajo y empeño de su fuerza laboral, se implementó oportunamente la estrategia hídrico-operativa dirigida a optimizar el ahorro del recurso hídrico priorizando, ante todo, el agua para abastecer a más de la mitad de la población.

En la actualidad, el Canal sigue enfocado en mejorar la confiabilidad, eficiencia y capacidad de respuesta ante las cambiantes necesidades de la industria marítima.

Desde su inauguración el 15 de agosto de 1914, con el tránsito del vapor Ancón, la vía sacó provecho de su posición geográfica para ponerla al servicio del comercio mundial, que se optimizó al contar con una ruta que permite el ahorro de tiempo, distancias y costos al transporte marítimo de productos entre distintos países.

Es así como el Canal conecta a 180 rutas marítimas que llegan a mil 920 puertos en 170 países alrededor del mundo, y por el que transita cerca del tres por ciento del comercio marítimo global.

Para su actual administrador, Ricaurte Vásquez, en Panamá hay una alta dependencia de las lluvias, y se requiere aumentar la capacidad de almacenamiento para garantizar el agua potable y la de los tránsitos.

En ese sentido, reafirmó la conveniencia del proyecto de construir un embalse en rio Indio, al que se oponen muchas comunidades originarias de ese territorio, que denuncian sería desalojados de su hábitat natural.

Para los directivos de la ruta, el activo más importante del Canal es su fuerza laboral que, con su conocimiento y experiencia en la administración, operación y mantenimiento de la vía acuática, contribuye diariamente a garantizar su sostenibilidad y competitividad.

Durante los últimos 25 años, el Canal en manos panameñas ha desarrollado un modelo responsable del manejo, mantenimiento y gestión humana de la cuenca bajo su responsabilidad.

De otra parte, diversas voces de panameños como el abogado Reynaldo Rivera, estiman que el entreguismo a Estados Unidos del actual Gobierno encabezado por José Raúl Mulino, ponen en riesgo la soberanía sobre el Canal y del país en general.

Al respecto, el exministro de Trabajo mencionó la realización en esta semana de ejercicios militares conjuntos y la creciente presencia de tropas norteamericanas, además de la llegada de potentes aeronaves del Comando Sur, con equipamiento desconocido a bordo, como resultado de un memorando suscrito en abril pasado.

Para el también exdiplomático, Mulino cede ante las amenazas crecientes del presidente Donald Trump, quien reafirmó su intención de retomar el control del Canal , bajo supuesta injerencia de China, sin decantar el uso de la fuerza, y eso si compromete la seguridad del país y de la ruta, agregó.

Rivera denunció que so pretexto de defender la seguridad del Canal, se violan los Tratados Torrijos -Carter, de 1977, que permitieron gracias al esfuerzo del general Omar Torrijos (1929-1981), que 23 años después la administración del Canal pasara a manos panameñas y se arriara la bandera de Estados Unidos y se marcharan de las 14 bases militares existentes.

Torrijos siempre exigió darle al Canal el uso más equitativo posible, recordó, algo que no se ha dado porque esa vía siempre ha sido fuente de enriquecimiento de la oligarquía empresarial panameña y de las compañías extranjeras radicadas en el istmo.

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