El desastre ocurrió la víspera alrededor de las 22:00 hora local, cuando un fuerte aluvión impactó la garganta de Dongwu, en el área de Wulatehouqi, bajo la jurisdicción de Bayannur.

Las víctimas eran personas que acampaban al aire libre en el lugar, un sobreviviente fue rescatado con vida.

Más de 700 efectivos participan en operaciones de búsqueda y rescate, según las autoridades de gestión de emergeencias. Las labores se desarrollan en condiciones complejas debido al terreno accidentado y a las condiciones climáticas posteriores al evento.

Fuerzas de emergencia, que incluyen equipos de rescate profesional, bomberos y personal médico, fueron desplegadas de inmediato tras el aviso.

De acuerdo con el reporte oficial, se movilizaron además helicópteros, vehículos todo terreno y perros adiestrados para apoyar las tareas.

Hasta el momento no se reportan daños estructurales de gran magnitud fuera del área de acampada, aunque aún se evalúa el impacto completo del fenómeno natural.

El gigante asiático se encuentra en el período crítico cuando las precipitaciones alcanzan su mayor intensidad.

El presidente chino Xi Jinping instó a redoblar la vigilancia estrecha sobre puntos vulnerables e infraestructuras clave, así como una distribución científica de equipos de rescate y suministros de emergencia.

En julio pasado murieron 44 personas en Beijing por las lluvias intensas y posteriormente una serie de incidentes relacionados con precipitaciones, inundaciones y torrentes de montañas dejaron decenas de muertos en varias regiones del país.

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