Señala el medio londinense que las vacaciones podrían ser un poco más caras de lo esperado, y no solo por la inflación.
En todo el mundo, un número creciente de destinos está implementando nuevas tarifas centradas en el clima para estancias en hoteles, boletos de ferry y entradas a parques nacionales y otras áreas protegidas.
Pero aunque pagar más por un viaje pueda resultar frustrante, estas nuevas tarifas podrían ayudar a garantizar que algunos de los destinos favoritos sobrevivan en un mundo con subidas del nivel de los mares, calor récord y desastres naturales.
En agosto de 2023, incendios forestales arrasaron Lahaina, la ciudad más histórica de Hawái, en el corazón de Maui.
Provocados por la sequía y avivados por vientos huracanados, los incendios se cobraron la vida de 102 personas y destruyeron más de dos mil edificios, convirtiéndolos en uno de los incendios forestales relacionados con el clima más mortales en la historia de Estados Unidos, señala como ejemplo la publicación.
De ahí que Hawai implementara el conocido como la Green Fee (tarifa verde), cuando la ley añade 0,75 por ciento a los impuestos de alojamiento ya existentes.
Se espera que esta tarifa recaude 100 millones de dólares anuales para la recuperación tras incendios forestales, la restauración de arrecifes y la adaptación al cambio climático a partir de 2026.
Por su parte, en enero de 2024, Grecia reemplazó su impuesto por estancia nocturna con una Tarifa de Resiliencia ante la Crisis Climática.
Ahora, los viajeros pagan entre 0,58 y 11,60 dólares por noche, dependiendo de la categoría del hotel y la temporada, con recargos de hasta 24 dólares por persona en islas populares como Mykonos y Santorini durante los periodos de mayor afluencia.
El gobierno espera recaudar 400 millones de euros al año (460 millones de dólares), que se destinarán a infraestructura hídrica, prevención de desastres y restauración de ecosistemas.
Por su parte, Bali (Indonesia) introdujo en 2024 una tarifa de 150 mil rupias (9,18 dólares) para viajeros internacionales, destinada a la protección ambiental.
Maldivas, Nueva Zelanda, son otros de los ejemplos de emplear en la actualidad la Tarifa Verde.
Un estudio independiente de Euromonitor en 2023 reveló que casi el 80 por ciento de los visitantes estaban dispuestos a pagar al menos un 10 por ciento más por opciones de viaje sostenibles.
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