De acuerdo con los reportes, las intervenciones subrayaron la importancia de avanzar en el diálogo político, fortalecer la asistencia humanitaria y promover la estabilidad sobre bases firmes de legalidad internacional.
El enviado especial del Secretario General de la ONU para Siria, Geir Pedersen, valoró positivamente la calma relativa que prevalece actualmente en gran parte del territorio sirio y destacó la reciente creación de un comité para supervisar el alto el fuego en la provincia de Sweida como una señal de progreso en los esfuerzos internos por mantener la paz.
Pedersen exhortó a todas las partes a evitar cualquier escalada, facilitar el acceso humanitario sin restricciones y continuar impulsando una transición política inclusiva, siempre con estricto respeto a la soberanía y autodeterminación del pueblo sirio.
Asimismo, condenó enérgicamente las repetidas violaciones del espacio aéreo y territorial sirio por parte de Israel, considerándolas inaceptables y contrarias al derecho internacional.
Por su parte, el subsecretario general de Asuntos Humanitarios de la ONU, Tom Fletcher, expresó seria preocupación por la creciente presión sobre el sistema de asistencia en Siria, especialmente ante las limitaciones impuestas por sanciones unilaterales.
En este sentido, saludó el reciente levantamiento parcial de sanciones por parte de Estados Unidos y la Unión Europea, y llamó a intensificar el apoyo internacional, en particular hacia las personas desplazadas y los refugiados que han regresado voluntariamente al país.
Fletcher subrayó que mantener la calma en regiones como Sweida debe ir acompañado de mayores esfuerzos humanitarios y reconstrucción sostenible.
Varios países miembros del Consejo reiteraron el principio del respeto a la soberanía nacional como condición imprescindible para una solución duradera. En este sentido, el representante adjunto de Rusia, Dmitry Polyansky, calificó de constructiva la colaboración bilateral entre Moscú y Damasco, y subrayó que esta se fundamenta en el respeto mutuo.
Asimismo, instó al levantamiento total de las sanciones unilaterales impuestas a Siria y exigió el fin de la ocupación israelí del Golán sirio, en cumplimiento del Acuerdo de Separación de 1974.
Desde el mundo árabe, el representante de Argelia, Ammar Benjamaa, enfatizó que el diálogo es la única vía viable para una salida a la crisis y abogó por la aplicación del acuerdo firmado entre la Presidencia siria y las Fuerzas Democráticas Sirias el pasado 10 de marzo.
También condenó los ataques de Israel contra territorio sirio por representar una grave violación de la Carta de las Naciones Unidas y un factor desestabilizador regional.
Los representantes de Corea del Sur y Eslovenia insistieron en la necesidad de ampliar la asistencia humanitaria y reiteraron el respeto a la soberanía siria. Pakistán, a su vez, expresó su apoyo al diálogo interno y condenó las agresiones israelíes.
Desde el Reino Unido, se reconocieron los avances en la distribución de ayuda humanitaria en el sur del país y se valoraron positivamente los preparativos para el proceso electoral.
La delegación francesa consideró que la reconstrucción nacional representa una oportunidad para fortalecer la inclusión y el tejido social sirio.
Finalmente, China reafirmó su respaldo a los esfuerzos del gobierno sirio para promover el diálogo nacional, combatir el terrorismo y preservar la unidad del país. La representación de Beijing insistió en que cualquier solución debe emanar del pueblo sirio, sin injerencias externas.
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