Ubican sepultura de otra víctima de invasión EEUU a Panamá

Ciudad de Panamá, 30 ago (Prensa Latina) La Comisión 20 de Diciembre de 1989 informó hoy que ubicaron la sepultura de Eric Abdiel Bonilla Terrero, otra de las víctimas de la invasión militar de Estados Unidos a Panamá hace más de 35 años.

De acuerdo con el informe, el hallazgo tuvo lugar en el antiguo cementerio de Cerro Batea, del distrito de San Miguelito, donde las labores de prospección arqueológica comenzaron el pasado 20 de agosto.

Bonilla Terrero, murió el 22 de diciembre de 1989, en el Valle de Urracá, por herida de proyectil de arma de fuego, precisa la nota.

El colectivo indicó que la junto con su familia se hará la exhumación de sus restos, hacia el cementerio Jardín de Paz, en esta capital, el próximo miércoles 3 de septiembre, donde recibirá digna sepultura.

En medio de la invasión en diciembre de 1989, el cuerpo de Bonilla Terrero fue depositado de manera informal en el cementerio Comunitario de Cerro Batea, que ya estaba en desuso.

Esa acción reparadora honra y dignifica la memoria de las víctimas y sus familias, mientras mantiene vivo el compromiso de no olvidar, señala el mensaje.

Según se conoció en 2024 se identificaron siete nuevas víctimas de la agresión estadounidense.

El presidente de la Comisión 20 de diciembre de 1989, Rolando Murgas, indicó que de una víctima identificada en 2023 a siete más es un número importante, pero es insuficiente.

Ese proceso lo encabezan el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Panamá y la Fundación de Antropología Forense de Guatemala.

El 20 de diciembre de 1989, Estados Unidos invadió Panamá con el objetivo de capturar al entonces general Manuel Antonio Noriega (1934-2017) en una misión que bautizaron como «Causa Justa».

La mal llamada Causa Justa, cuyos objetivos expuestos eran acabar con la supuesta dictadura de Noriega, restaurar la democracia y dar bienestar al pueblo, lo que en realidad trajo fue la muerte, sobre todo en barrios humildes como El Chorrillo, en esta capital.

Aquel día, el Ejército estadounidense movilizó 26 mil soldados y usó armamento de última generación en una cruenta invasión que deja un indeterminado número de víctimas más de tres décadas después: la comisión tiene un registro de 441 muertos, pero extraoficialmente se habla en Panamá de hasta cuatro mil civiles fallecidos.

Gran parte de los cadáveres pararon en fosas comunes, muchas de ellas ubicadas en el Jardín de Paz de Ciudad de Panamá. Años después aún se hallan restos humanos pero la identificación es un trabajo lento pues incluye procesos complejos como las pruebas de ADN.

Además de las pérdidas humanas, esta agresión ocasionó la destrucción de gran parte de la infraestructura del istmo, dejando a miles de personas sin hogar. Las tropas norteamericanas no hicieron el menor esfuerzo por limitarse a blancos militares, y evitar daños a las vidas y bienes de la población civil.

arc/ga

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