Si bien expertos advierten que el momento más crítico de la sequía aún está por venir, la vocera del Ejecutivo, Carolina Jaramillo, afirmó este lunes que el manejo de los embalses que alimentan centrales hidroeléctricas responde a una estrategia muy bien pensada. Aseguró que “la luz no se va a ir”.
Este mes de septiembre se cumple un año del inicio de los cortes de electricidad que sufrió Ecuador, que llegaron a ser de hasta 14 horas por día en medio de la sequía y el déficit de generación termoeléctrica que muchos atribuyeron a falta de mantenimientos y medidas oportunas.
Esta vez, el Gobierno de Daniel Noboa asevera que el sector energético está en mejores condiciones.
De acuerdo con información de la Corporación Eléctrica de Ecuador (Celec), el embalse de Mazar, el agua del reservorio que abastece al mayor complejo hidroeléctrico del país, está cerca de su nivel máximo de dos mil 153 metros sobre el nivel del mar.
“Esto nos permite no solo garantizar la provisión de energía eléctrica”, sino también seguir con la “adecuada planificación” y los mantenimientos, añadió Jaramillo.
Por otro lado, la funcionaria señaló que se envió a la Fiscalía el informe de auditoría a los motores comprados a la empresa estadounidense Progen, denunciada por estafa interpuesta al Gobierno luego de no entregar en las condiciones requeridas los motores de generación pagados.
Contratos firmados por empresas públicas de Ecuador durante la emergencia energética de 2024 y aún sin concretarse dejaron perjuicios para el Estado de alrededor de 100 millones de dólares, afirmó recientemente el contralor general, Mauricio Torres.
Legisladores de la bancada de la Revolución Ciudadana (oposición) solicitaron averiguar lo ocurrido con los contratos eléctricos fallidos, sin embargo, el bloque oficialista lo impidió y “dio la espalda a la fiscalización de uno de los peores atracos al Ecuador”.
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