El portavoz del Ministerio de Salud, Dr. Prakash Budhathoki, indicó que la mayoría de los heridos ya fueron dados de alta tras recibir tratamiento.
Mientras, el presidente Ramchandra Paudel urgió a poner fin a la crisis que ahoga a Nepal, y dijo que emplea todos sus esfuerzos en consulta con los involucrados para encontrar una salida dentro del marco constitucional a la difícil situación actual de la nación del Himalaya.
Por otra parte, el Ejército Nepalí anunció que, para evitar nuevos desórdenes, permanecerá la restricción de circulación durante todo el día y el toque de queda nocturno en Katmandú, Bhaktapur y Lalitpur.
También aseguró que frustró un intento de fuga de 192 reclusos de la prisión del distrito de Rajbiraj y la captura de otros detenidos, entre estos siete que huían hacia la India.
Además, la policía de Nepal instó a la ciudadanía a devolver cualquier arma, vehículo, dispositivo de comunicación, chaleco antibalas, uniformes u otros artículos confiscados o encontrados durante las protestas.
El lunes pasado, con el pretexto de una prohibición de varias redes sociales, se desató una sangrienta protesta que en su segundo día y luego de la dimisión de Oli desembocó en un caos, con muertos y heridos, ataques a funcionarios y sus familiares, incendios de instituciones parlamentarias y gubernamentales, medios de prensa y residencias, ante la inacción de las fuerzas de seguridad.
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