La canción significó un antes y un después en la obra musical de este intérprete, siendo su título más versionado. Si bien algunos podrían atribuirle al estadounidense Jeff Buckley la autoría del tema, dado que adquirió mayor reconocimiento en su voz.
Originario de Montreal, Cohen explora en sus composiciones temas como la religión, la política, el aislamiento, las relaciones personales y la sexualidad.
Para traducir sus sentimientos en verso, el artista se sumergió en un profundo proceso creativo, tan íntimo como potencialmente destructivo, que sufrió en soledad, detalló el productor John Lissauer en el libro The Holyor the Broken, sobre la historia del disco Various Positions (1984), que contiene la famoso pieza.
“De pronto entendí que no era necesario tener tan presente la Biblia, al final lo que grabé fue la versión secular de Hallelujah”, explicó el intérprete en una ocasión.
La letra, lejos de una plegaria, es un poema en el que Cohen utiliza nombres de la mitología judeocristiana para expresar las luces y sombras presentes en quienes se atreven a desear con lujuria o a amar incondicionalmente a otra persona.
Definido por el crítico Bruce Eder como uno de los cantantes y compositores más fascinantes y enigmáticos de finales de los 60, Cohen registra en su carrera varios álbumes: Songs of Leonard Cohen (1967), Songs from a Room (1969) y Songs of Love and Hate (1971) figuran en su catálogo.
Sus letras, calificadas como muy emotivas y líricamente complejas, son ampliamente versionadas, ejemplo de ello es Suzanne, un notable éxito de la mano de Judy Collins.
El artista prestigia el Salón de la Fama del Rock and Roll de Estados Unidos y el Salón de la Fama Musical de Canadá.
Además, recibió la Orden de Canadá, la Orden Nacional de Quebec y el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.
Leonard Cohen legó una melodía que trascendió el tiempo y la historia. Músicos como Bon Jovi, U2 o Bob Dylan mantienen vivo cada acorde, para fortuna de quienes admirarán por siempre su obra.
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