La fiscal de delitos complejos Sandra Fleitas tiene en sus manos la pesquisa del robo, valorado en 8,4 millones de pesos (más de 200 mil dólares).
Al menos tres capitanes (dos de navío y uno de fragata) están investigados por la desaparición de la carne que fue comprada por la Armada y tuvo destino incierto..
Una instancia administrativa realizada hasta el momento habría determinado que se trata de “faltas disciplinarias muy graves, pasibles de baja como sanción” por lo que debieron expedirse los tribunales de ética de la fuerza.
Al parecer la carne se utilizaba para despedidas de oficiales, reuniones o parrilladas.
Las sospechas saltaron al detectarse remitos falsos sin el sello de la carnicería del Servicio de Aprovisionamiento sino otro de la Armada.
El numerado no seguía el orden correlativo ascendente ni tenía a la firma del encargado de la carnicería.
La justicia pretende determinar si otros integrantes de la fuerza, que fueron señalados durante la investigación, también cometieron faltas graves.
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