El ministro de Seguridad burkinés, Mahamadou Sana, indicó que esos individuos que trabajan para la Organización Internacional para la Seguridad, asentada en el estado europeo, se dedicaban a proporcionar información confidencial de seguridad.
Según la fuente, el ente acopió y registró información confidencial sobre el Ejército de este país, que incluía, entre otros datos, zonas de operación, rutas seguidas y cifra de personal operativo.
Además de revelar las posiciones de los efectivos militares, la ONG denunciada se dedicó de forma subrepticia e ilegal a la recopilación sistemática de “todo tipo de información relacionada con las actividades políticas, administrativas y de seguridad del país”, resumió el titular de Seguridad.
Directivos de la ONG cuestionada rechazaron las detenciones, por su parte, y alegaron que ese ente opera en este territorio de África Occidental desde 2019 para apoyar con información a otras ONG radicadas aquí.
Las autoridades de Burkina Faso, donde gobierna una junta militar desde 2022, reiteraron en diversas ocasiones su compromiso con la defensa de la soberanía nacional, en un contexto marcado por un repunte de la inseguridad azuzada por la actividad de grupos extremistas como el Estado Islámico.
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