La nota del FSB precisó que los detenidos, quienes seguían órdenes de los servicios de inteligencia ucranianos, planeaban asesinar a un alto cargo del Ministerio de Defensa ruso en un lugar concurrido de la capital del país.

El crimen fue planeado por orden de las agencias de inteligencia ucranianas, en conjunto con los líderes de la organización terrorista Estado Islámico, que está prohibida en Rusia.

El atentado terrorista se planeó para ser llevado a cabo de forma socialmente peligrosa mediante un artefacto explosivo improvisado. Los expertos estiman que la zona de destrucción total podría haber sido de hasta 70 metros. El crimen se planeó para perpetrarse en una zona densamente poblada de Moscú.

Como resultado de la operación fueron detenidos tres ciudadanos rusos, sospechosos de ocultar rastros del crimen planeado, así como un nativo de un país de Asia Central, quien se cree que llevó a cabo directamente el ataque terrorista.

El FSB recordó igualmente que en septiembre, evitó un intento de asesinato contra un agente del servicio de alguaciles en Novosibirsk; un residente local fue detenido por intentar incendiar una casa.

Además el mes pasado, el FSB también detuvo a un residente de la República Popular de Lugansk que, por orden de los servicios de inteligencia ucranianos, planeaba colocar una bomba controlada a distancia bajo el vehículo de servicio de un oficial de Rosgvardia.

Este propio mes de octubre, el FSB arrestó a terroristas en los territorios de Krasnoyarsk y Stavropol que planeaban atentados con bombas en lugares religiosos judíos con el objetivo de asesinar personas.

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