De acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores, la amplia votación “confirma que el Ecuador es un actor confiable y respetado en el concierto de naciones” y responde a la “firme convicción de contribuir al fortalecimiento del multilateralismo”.
La canciller ecuatoriana, Gabriela Sommerfeld, celebró el resultado y afirmó que ese objetivo “reafirma la confianza y el respeto que la comunidad internacional deposita en el Ecuador”.
Sin embargo, la designación fue cuestionada por voces críticas del país.
El exvicecanciller Fernando Yépez Lasso escribió en la red X que el nombramiento es “tan risible como el Premio Nobel de María Corina Machado”.
“El gobierno de Noboa es la negación de los derechos humanos. Ojalá la comunidad internacional tome pronto conciencia de la brutal represión de la legítima protesta social y de las violaciones a los derechos humanos en Ecuador”, señaló Yépez.
Por su parte, Pablo A. de la Vega, coordinador del Centro de Documentación en Derechos Humanos Segundo Montes Mozo SJ, consideró que la presencia de Ecuador en el Consejo es parte de una campaña gubernamental para “lavar su rostro” y evadir su responsabilidad internacional.
De la Vega se refirió a las «graves, permanentes y sistemáticas violaciones a los derechos humanos durante las últimas administraciones, en particular la de Lenín Moreno, Guillermo Lasso y Daniel Noboa”.
“Es una bofetada ética a los pueblos y las nacionalidades indígenas que estos momentos están enfrentando una violenta y descomunal arremetida estatal, a través de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, en sus propios territorios”, añadió el activista.
El Consejo de Derechos Humanos es un organismo intergubernamental de la ONU compuesto por 47 Estados, responsables de promover y proteger los derechos humanos en todo el mundo.
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