A media mañana, en las citadas ciudades organizaciones sociales marcharon flanqueados por la Policía Nacional y llevaron consigo carteles con lemas contra el nuevo presidente encargado, José Jerí, sin que se hayan reportado incidentes violentos.
Los marchistas andinos, de mayor combatividad y capacidad de movilización en Perú, reclamaron la renuncia del presidente José Jerí y la disolución del Parlamento de mayoría conservadora que el 10 de octubre último lo designó, tras destituir a la hasta entonces presidenta Dina Boluarte.
En Abancay, capital de la región de Apurímac, los manifestantes quemaron carteles con las imágenes del nuevo mandatario y la exgobernante.
La protesta fue convocada inicialmente por la llamada Generación Z, integrada por jóvenes estudiantes a los que se han sumado organizaciones esyudiantiles universitarias, pero se han sumado también otras, como la Cibfederación General de Trabajadores de Perú.
La jornada, precedida por informaciones periodísticas sobre organizaciones de transportistas que pusieron en jaque al gobierno de Boluarte con dos recientes paralizaciones en Lima, desistieron de interrumpir el servicio hoy.
La ofensiva mediática incluye comentarios de prensa contra la protesta y mensajes por Internet que intentan desacreditar al movimiento y llaman a los jóvenes a no sumarse, calificando la movilización como subversva y hata terrorista.
El flamante primer ministro, Ernesto Álvarez, divulgó mensajes de ese corte tras la designación de Jerí, en uno de los cuales auguró “una violenta marcha subversiva, por una constitución socialista que sepulte la economía de los peruanos”.
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