La forense estatal, Teresa O’Sullivan, subrayó la cifra como un “hito profundamente angustiante”, cuando faltan más de dos meses para concluir el año.
Al decir de la funcionaria en una carta publicada este miércoles, el número sin precedentes no puede verse como una estadística simple, pues cada una de estas muertes representa a una persona cuya vida importaba y cuya pérdida es sentida profundamente por familias, seres queridos y comunidades en todo el estado.
O’Sullivan instó a realizar un análisis profundo para comprender la magnitud del problema y advirtió sobre el crecimiento sostenido de la población penitenciaria indígena en Australia, que se ha expandido significativamente en los últimos cinco años.
Según expuso, en el último quinquenio, el número de personas aborígenes en prisión aumentó un 18,9 por ciento, mientras la población no aborigen encarcelada se redujo un 12,5 por ciento.
Los datos reflejan una tendencia preocupante de sobrerrepresentación en el sistema carcelario australiano de los pueblos originarios, expuestos a mayores riegos y vulnerabilidades.
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