La adquisición de los aviones para ella y otros funcionarios de la dependencia a su cargo está bajo escrutinio porque se produjo en momentos que el gobierno federal se encuentra en cierre hace 21 días y miles de empleados federales están sin recibir salarios y se afectan algunos programas sociales de los que dependen millones de personas en el país.
En un comunicado, el congresista demócrata Bennie Thompson calificó la compra multimillonaria de “descaradamente inmoral” y “probablemente ilegal”.
Los cuestionamientos ocurren también cuando el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, ha gastado más de 70 millones de dólares extras en armas para sus agentes desde que Donald Trump regresó a la presidencia del país, lo que representa -señaló Democracy Now- un incremento del gasto del 700 por ciento.
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