Hemos tenido una conversación con Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional de la nación sudamericana, y las dos posibles bases, una de ellas, van a estar en Manta o Salinas, Baltra -en las Galápagos- queda descartada, señaló Noboa.

Si bien la consulta popular y referéndum para decidir sobre el tema de las instalaciones militares foráneas tendrá lugar el 16 de noviembre próximo, el mandatario confía en que la ciudadanía aprobará su propuesta, aunque existen numerosos cuestionamientos al respecto.

En entrevista este viernes para el canal Teleamazonas, el gobernante explicó que la decisión responde a criterios de seguridad estratégica frente al incremento del tráfico de armas, drogas y combustibles en esas zonas.

Al ser consultado sobre las razones por las que cambió de idea respecto a Baltra, el jefe de Estado afirmó que la prioridad actual se concentra en la franja costera continental, donde se ha identificado un mayor flujo de actividades ilícitas.

De cara al proceso consultivo que se realizará en 16 días, Noboa anunció que pedirá licencia del cargo para la campaña, como estipula la ley, a partir del 6 de noviembre.

Aunque la fase proselitista comienza mañana 1 de noviembre, el mandatario argumentó que ya tiene compromisos marcados para los próximos días, entre ellos la visita de Noem a Ecuador y una ponencia en Estados Unidos.

Respecto al asunto de las bases militares, el economista Alberto Acosta, quien fue presidente de la Asamblea Constituyente que redactó el actual texto constitucional, vigente desde 2008, consideró que las bases militares no ayudan al combate al crimen organizado o la delincuencia.

“El afán es acceder a una base militar clave geoestratégica, no para proteger la integridad del Estado ecuatoriano ni combatir el narcotráfico, sino para que Ecuador asuma un papel de peón en este ajedrez de la geopolítica internacional, en donde están empeñados los grandes poderes imperiales”, aseveró en declaraciones a medios de comunicación.

Ecuador ya tuvo una base militar en Manta, provincia de Manabí, operada por Estados Unidos.

«Si nos invitan a volver, lo consideraremos muy seriamente», afirmó el secretario de Estado, Marco Rubio, durante una visita a Quito en septiembre pasado. Por otro lado, en el proceso consultivo los ciudadanos deberán responder también si desean reducir el número de legisladores, eliminar el financiamiento público y convocar a una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución.

El presidente ha instado a apoyar esas iniciativas, sin embargo, no quiso detallar cuáles serían sus propuestas para una eventual nueva Carta Magna.

«Ahorita de lo que estamos hablando es de cuatro preguntas. La semana del 17 (de noviembre) tengamos una conversación sobre la Constitución», justificó.

No obstante, adelantó que evalúan con expertos y juristas ideas para «un proyecto sólido y moderno de reorganización institucional”.

En ese sentido, mencionó la posibilidad de convertir la Asamblea Nacional (Parlamento) en un Senado, aunque no sería un legislativo bicameral, y reiteró su propuesta de pasar al Ministerio de Salud Pública los servicios sanitarios que ofrece el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).

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