La cancillería británica mantiene las recomendaciones para los ciudadanos de abstenerse de cualquier tipo de viajes por el país y de abandonar su territorio debido a la situación de inseguridad, de acuerdo con el texto.
Según el Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes, el bloqueo es una medida de represalia por la prohibición, impuesta por las autoridades malienses, de vender carburante fuera de las estaciones en zonas rurales, donde el combustible se transportaba en bidones para su posterior comercialización.
Desde 2012, Mali enfrenta una profunda crisis de seguridad, alimentada sobre todo por la violencia de grupos afiliados a Al Qaeda y al Estado Islámico, así como por grupos criminales comunitarios. Esta situación se suma a una crisis económica, agravada ahora por el bloqueo.
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