En un comunicado, las autoridades palestinas de la urbe denunciaron una reunión el lunes del Comité de Seguridad Nacional de la Knesset (Parlamento) para abordar el tema.

El debate representa un ataque flagrante al estatus legal y político de la ciudad, así como un nuevo intento de imponer por la fuerza los intereses israelíes a expensas de las normas internacionales, subrayó.

Además, consideró, la medida es “una expresión de pánico político y colapso moral israelí, en un momento en que se amplía el reconocimiento internacional de los legítimos derechos nacionales del pueblo palestino”.

La Gobernación insistió en que Jerusalén Este es territorio palestino, ocupado según el derecho internacional y varias resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Israel no posee ninguna legitimidad legal o política que les permita determinar o restringir el trabajo de las misiones diplomáticas establecidas allí, recalcó.

Al respecto, recordó que muchos de estos consulados, especialmente los europeos, se establecieron antes de la creación del Estado judío en 1948.

Israel continúa su comportamiento criminal sobre el terreno y en los ámbitos político y diplomático mediante la represión, la fuerza y el chantaje para imponer su control sobre toda la ciudad, alertó.

Al respecto, estimó que los esfuerzos para cerrar o restringir el trabajo de esos consulados se enmarcan en una “política de castigo colectivo y presión política contra los países” que rechazan la ocupación y apoyan el derecho del pueblo palestino a la libertad y la independencia.

Ante esa situación, llamó al mundo, en especial a las naciones europeas, a oponerse a los dictados israelíes y a no ceder a su chantaje hasta alcanzar “una paz justa e integral basada en las resoluciones de las Naciones Unidas y el principio de la solución de dos Estados”.

El Comité de Seguridad Nacional de la Knesset instó al gobierno de Benjamin Netanyahu a adoptar medidas prácticas para cerrar los consulados o restringir su labor, al estimar que perjudican a Israel y otorgan un reconocimiento de facto a la Autoridad Nacional Palestina.

Entre los países señalados están Francia, España, Suecia, Bélgica, Reino Unido, Italia, Grecia y el Vaticano.

Tras la guerra de 1967, Israel ocupó la zona oriental de Jerusalén Este, y desde entonces se niega a retirarse de allí, pese a los reclamos del mundo, que considera ese territorio como parte del futuro estado palestino.

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