Así lo expresó el asesor económico del PNUD en Etiopía, Ali Zafar, al intervenir en un seminario e alto nivel convocado por la Ethiopia News Agency bajo el lema “China apoya la industrialización de África: Promoviendo un desarrollo verde, coordinado y sostenible”.
Zafar destacó la urgente necesidad de soluciones energéticas, señalando que más de 600 millones de africanos carecen actualmente de acceso a la electricidad.

Mencionó que el pacto energético de Etiopía, con la aspiración de lograr un acceso del 75 por ciento a la electricidad y del 57 por ciento a la cocción limpia para 2030, se basa en gran medida en fuentes renovables, lo que posiciona al país como líder del sector.
El representante del programa de la ONU manifestó su entusiasmo por la reunión que, al centrarse en la cooperación entre China y África, se alinea con la misión del PNUD de acelerar una transición energética justa en todo el continente.
Señaló que Beijing revolucionó el panorama mundial de las energías renovables en medio de los desafíos del cambio climático, y afirmó que las ambiciosas inversiones asiáticas en tecnología eólica y solar redujeron significativamente los costos en los últimos 15 años.
Gracias a la cooperación trilateral con China, el PNUD y Etiopía, se lograron éxitos notables, como la instalación de un sistema de riego solar de 45 kilovatios y una planta de biogás de conversión de residuos en energía de 300 metros cúbicos, agregó.
A su juicio, la amplia experiencia del gigante asiático y su capacidad para movilizar financiamiento combinado pueden impulsar la industrialización y el desarrollo de África, especialmente en proyectos de energía renovable.

Sobre la importancia de integrar al sector privado en la transición energética y establecer paralelismos entre las alianzas público-privadas chinas y el potencial de modelos similares en África, comentó que el dinamismo de ese emprendimiento, apoyado por iniciativas gubernamentales, ofrece un modelo para las estrategias energéticas africanas.
Por su parte, el representante de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial y director de la Oficina Subregional en Etiopía, Stephen Bainous Kargbo, abordó el vínculo esencial entre industrialización y prosperidad. No existe ningún país en el mundo que haya alcanzado la prosperidad sin haber pasado por el proceso de industrialización, aseveró.
Kargbo, al establecer paralelismos con la rápida transformación de China en las últimas cuatro décadas, enfatizó cómo una planificación y ejecución meticulosas sacaron a más de 800 millones de personas de la pobreza.
Afirmó que África debería seguir un camino similar para lograr el crecimiento industrial.
En cuanto a los desafíos que enfrentan las naciones africanas, definió tres obstáculos principales para la industrialización: infraestructura inadecuada, baja producción manufacturera e innovación limitada.
Subrayó que la implementación continua de políticas es crucial para el desarrollo sostenible, e instó a los gobiernos del continente a evitar empezar de cero con cada transición política.

De igual manera, destacó la disparidad en las tasas de electrificación entre África y China, al asegurar que la pobreza energética sigue siendo una barrera importante para el avance industrial.
En ese sentido, hizo un llamado a un diálogo más amplio sobre soluciones energéticas, incluyendo la transición de los hidrocarburos a las fuentes renovables.
Resaltó la importancia de la colaboración entre África y China, especialmente en sectores como la construcción, la minería y la manufactura, subrayando que las alianzas estratégicas podrían allanar el camino hacia un futuro próspero.
Por último, instó a los líderes africanos a adoptar una visión a largo plazo para el desarrollo industrial y enfatizó la necesidad de medidas proactivas y cooperación internacional para impulsar un continente más industrializado y próspero.
jha/nmr





