El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores Lin Jian afirmó que la operación violó el principio de una sola China y los comunicados conjuntos entre Beijing y Washington.
Señaló que el suministro de piezas no estándar y servicios de mantenimiento para aeronaves militares dañó la soberanía y los intereses de seguridad de China.
Apuntó que la medida contravino el derecho internacional y envió una señal errónea a las fuerzas separatistas que buscan la independencia de Taiwán.
Subrayó que la cuestión taiwanesa constituye el núcleo de los intereses fundamentales de China y la primera línea roja que Estados Unidos no debe cruzar en la relación bilateral.
De acuerdo con el vocero, Beijing instó a Washington a cumplir el principio de una sola China, respetar los comunicados conjuntos y aplicar las promesas hechas por su liderazgo en asuntos relacionados con Taiwán.
Exigió el fin del apoyo estadounidense a las actividades separatistas que buscan la independencia mediante el uso de la fuerza.
Afirmó que el país adoptará todas las medidas necesarias para defender su soberanía, seguridad e integridad territorial.
Las ventas de armas de Estados Unidos a Taiwán figuran entre los principales puntos de fricción entre ambos países y han generado repetidas protestas de China, que considera esas operaciones una interferencia en sus asuntos internos y un riesgo para la estabilidad en el estrecho.
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