Apenas existen poco más de cuatro mil ejemplares en todo el mundo y la población ha disminuido vertiginosamente en los últimos años por causas humanas, según constató un reciente estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.

Estos majestuosos animales, muy difíciles de avistar, habitan en 12 países de la región, incluidos parajes del Himalaya, Rusia, Afganistán, Nepal y el Tíbet.

Viven en entornos que, de acuerdo con el estudio, ofrecen inmensos servicios ecosistémicos actuando como una importante fuente de almacenamiento de carbono y proporcionando agua a casi dos mil millones de personas.

Se dice que los leopardos de las nieves (Panthera uncia), poseedores del pelaje mas largo de todos los felinos, constituyen una especie clave cuya conservación beneficia a este importante ecosistema montañoso asiático.

Pero también allí el calentamiento global desplaza los bosques a cotas más altas y el entorno en que viven estos felinos y sus presas se reducen.

Reconocidos por su adaptabilidad a bajas temperaturas, pero además por su belleza, estos ejemplares también padecen la caza furtiva para conseguir sus pieles.

Según la ONU, se les suele llamar los «fantasmas de las montañas» debido a su naturaleza esquiva y a su capacidad para mimetizarse perfectamente con su hábitat nevado de gran altitud.

El reciente estudio plantea que la baja diversidad genética también puede suponer un problema para su supervivencia, pues los individuos parecidos entre sí son más susceptibles a los cambios ambientales, las enfermedades y los depredadores, aumentando su riesgo de extinción general en un entorno cambiante.

Se pueden encontrar en Afganistán, Bután, China, India, Kazajistán, Kirguistán, Mongolia, Nepal, Pakistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán.

Con el fin de proteger a uno de los grandes felinos del planeta, desde 2024 la Asamblea General de la ONU instituyó el Día Internacional del Leopardo de las Nieves, celebrado el 23 de octubre.

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