En declaraciones a Prensa Latina, Jiang Meng, vicepresidente y secretario general de la Asociación de Protección de la Marsopa del Yangtsé, enumeró los desafíos que enfrenta el gigante asiático para proteger a este pequeño y vulnerable animal.
A lo largo del río las embarcaciones generan ruido y colisiones que afectan directamente a la marsopa sin aleta del Yangtsé, explicó.
Además, señaló que la contaminación proveniente de aguas residuales domésticas e industriales representa un riesgo devastador para los ecosistemas fluviales, por lo cual hay que prestar mucha atención a este tema.

El experto subrayó que la sobrepesca destruye las cadenas tróficas y reduce las fuentes de alimento para especies acuáticas, de ahí que esté terminantemente prohibido por ley la pesca en esta parte del río Yangtsé.
Otro desafío, en su opinión, para la preservación de animales acuáticos como este es la pérdida de hábitats naturales -como playas y humedales- que han sido reemplazados por infraestructura urbana, puertos y fábricas, eliminando áreas críticas de reproducción y alimentación.
Jiang Meng señaló que estos retos son universales y afectan ríos y océanos en todo el mundo, pero recalcó que en China hace 10 años el gobierno prioriza la protección del río Yangtsé y de sus especies.
Sobre este y otros temas debatirán expertos de unos 20 países durante el Foro Cultural del Yangtsé que tendrá lugar en esta ciudad mañana bajo el lema: Ríos que fluyen, futuro que converge.
En 1991 había aquí alrededor de 2700 marsopas sin aleta, pero la población se redujo considerablemente hasta mil en 2017, por lo que entró en la lista de animales en peligro de extinción.
En la actualidad las tareas de protección y recuperación integral a lo largo de la cuenca han permitido contar al menos 1249 ejemplares.
De acuerdo con fuentes oficiales, el país impulsa la transformación verde de las ciudades de la cuenca, la protección de los bienes culturales del Yangtsé, la implementación de mecanismos innovadores de compensación ecológica para la restauración, así como la aceleración de proyectos de gestión hídrica que conectan a grandes ríos.
El gigante asiático busca construir una civilización ecológica próspera y sostenible, en la cual naturaleza y hombre convivan en armonía según el concepto del presidente Xi Jinping de que «las aguas cristalinas y las montañas exuberantes son activos invaluables».
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