La primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, dijo recientemente ante la Dieta (Parlamento japonés) que si China ataca Taiwán esto crearía una «crisis existencial» para Japón, lo que supondría la movilización de las Fuerzas de Autodefensa del país y la posible intervención de Tokio en ese conflicto.
La Cancillería afirmó que las palabras de la líder nipona son una provocación flagrante y violan el principio de una sola China, los cuatro documentos políticos conjuntos y las normas básicas de las relaciones internacionales, por lo que exigió que se retracte de inmediato de estos comentarios.
Asimismo, apuntó que el uso histórico del término “crisis existencial” por parte del militarismo japonés sirvió para justificar invasiones anteriores contra China.
Por su parte, el Ministerio de Defensa chino subrayó que esas declaraciones sobre Taiwán constituyeron una injerencia grave en los asuntos internos del país.
Además, enfatizó que las afirmaciones enviaron una señal equivocada a las fuerzas que promueven la independencia de esa isla.
El Ministerio de Relaciones Exteriores chino y otras instituciones emitieron alertas sobre viajes a Japón y recomendó a sus ciudadanos evitar viajar o estudiar al país vecino en el corto plazo.
La cartera denunció que «los líderes japoneses han hecho abiertamente comentarios provocativos explícitos relacionados con Taiwán, deteriorando gravemente la atmósfera de los intercambios de personal entre China y Japón, y planteando grandes riesgos para la seguridad personal y de la vida de los ciudadanos chinos en Japón».
En este contexto, el número de pasajeros chinos con destino a Japón cayó significativamente, reflejaron datos de plataformas de viajes y aerolíneas.
De acuerdo con un reporte de The Paper, el factor de ocupación en vuelos hacia Japón descendió 12,3 puntos porcentuales respecto a la semana anterior, mientras que el volumen de pasajeros disminuyó un 10,8 por ciento en el mismo periodo.
La tasa de cancelación de vuelos alcanzó el 13,4 por ciento la víspera, la más alta en los últimos cinco días.
Desde el 15 de noviembre, unas 491 mil reservas a Japón han sido canceladas, lo que equivale al 32 por ciento del total original.
Las crecientes tensiones diplomáticas llevaron a Beijing a suspender la importación de productos acuáticos provenientes de la nación nipona.
Además, China confirmó esta semana que la reunión trilateral de ministros de Cultura con Japón y Corea del Sur fue pospuesta porque el ambiente actual no es el adecuado para este intercambio.
«Si Japón quiere volver al antiguo camino del militarismo, abandonar su promesa de desarrollo pacífico y socavar el orden internacional de posguerra, el pueblo chino no estará de acuerdo, la comunidad internacional no lo permitirá, y solo terminará en fracaso», apuntó la portavoz de la Cancillería, Mao Ning.
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