El Centro Palestino de Estudios sobre Prisioneros afirmó en un comunicado que esos cargos son inventados para para justificar el secuestro de las féminas y su detención en condiciones duras e inhumanas.
Esa acusación es vaga, indefinida y no está respaldada por pruebas contundentes, solo es empleada para someterlas a duras y humillantes condiciones de detención e interrogatorio con fines de venganza e intimidación, recalcó.
La organización destacó que, desde el comienzo del actual ciclo de violencia, en octubre de 2023, Israel arrestó a más de 600 mujeres en los territorios ocupados.
“La ocupación (israelí) arresta deliberadamente a palestinas después de la medianoche, irrumpiendo en sus hogares de forma violenta y brutal, entre gritos de niños y adultos”, relató.
Como ejemplo de los maltratos, citó la situación en la prisión de Damon, donde están “privadas de las necesidades más básicas de la vida” y sometidas a “actos de venganza, abuso y acoso”.
Las trasgresiones llegaron al punto de privarlas de alimentos y practicar una política deliberada de inanición, además de violar la privacidad de las prisioneras mediante la colocación de cámaras de vigilancia en toda la prisión y el patio de ejercicios, precisó.
Acusó también a las autoridades penitenciarias de activar el llamado “control de seguridad”, que consiste en obligar a las detenidas a arrodillarse y girar la cabeza hacia la pared durante el recuento diario, con el fin de humillarlas, insultarlas y agotarlas.
Las unidades especiales también asaltan sistemáticamente sus celdas y realizan operaciones de represión durante las cuales esposan a las prisioneras a la espalda, les vendan los ojos y las sacan de manera humillante y degradante, subrayó.
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