En entrevista a la Revista en Vivo del Canal 4, Fonseca subrayó que de Fidel “siente orgullo toda Latinoamérica, el Caribe y mundo”, pues su obra trascendió las fronteras nacionales y se convirtió en un ejemplo de vida consagrada a la justicia social, a la transformación revolucionaria y a la defensa de los pueblos.
Recordó que ese espíritu rebelde y vocación de lucha acompañaron al comandante en Jefe desde su juventud, primero en el bachillerato y luego durante su etapa universitaria, cuando comenzó a destacar por su sensibilidad ante las injusticias y su búsqueda constante de alternativas para mejorar la vida del pueblo cubano.
Ese camino —añadió— lo condujo al proceso de luchas que culminó con el triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959.
La diplomática evocó que ya en su alegato La Historia me Absolverá, tras el asalto al Moncada en 1953, Fidel delineó el programa político y social que más tarde inspiraría la obra transformadora de la Revolución.
“A partir de ahí siguió legando a nuestro pueblo un proyecto estratégico de cambios en lo económico, social, cultural, deportivo y científico-técnico”, afirmó.
Destacó asimismo la proyección internacionalista del líder cubano, quien concibió la Revolución no solo para el beneficio de su país, sino como un aporte solidario a América Latina y al mundo.
Al referirse al carácter socialista de la Revolución cubana, recordó que fue declarado tempranamente tras derrotar la agresión del imperialismo estadounidense, y constituye un pilar del desarrollo social orientado al bien común.
“Ese modelo busca formar un ser humano mejor, más sensible y comprometido, y ese también es parte esencial de su legado”, puntualizó.
La embajadora resaltó además la importancia que Fidel concedió a la comunicación y a la defensa de la verdad.
En ese sentido, subrayó que, desde los primeros años del proceso revolucionario, se enfrentaron campañas de tergiversación y calumnias dirigidas tanto contra la Revolución como contra su líder.
En ese contexto —dijo— Fidel convirtió la comunicación en una herramienta fundamental de batalla, al tiempo que valoró el papel de Prensa Latina como agencia creada para ofrecer información veraz sobre Cuba y la región, una labor que cobra mayor vigencia en tiempos de crecientes campañas de desinformación.
Señaló que la batalla comunicacional continúa hoy en el ámbito digital, donde las redes sociales se convierten en un espacio esencial para desmontar noticias falsas y mostrar la realidad de la isla.
Por otra parte, la diplomática también denunció el impacto del bloqueo impuesto por Estados Unidos hace más de seis décadas, el cual calificó de “cruel y genocida”.
Explicó que esa política busca asfixiar al pueblo cubano y atenta contra el desarrollo económico y social del país, cuyos efectos acumulativos se sienten con mayor intensidad en la actualidad.
No obstante, aseguró que el pueblo cubano mantiene la firmeza y la entereza legadas por Fidel para afrontar tiempos difíciles. “Nunca traicionaremos esa historia de lucha y de revolución”, afirmó.
Pese a las limitaciones impuestas por el bloqueo, Cuba continúa garantizando la educación, la salud y el desarrollo científico y tecnológico para sus niños y jóvenes. En ese esfuerzo —subrayó Fonseca— la solidaridad internacional ha sido un componente esencial.
La embajadora concluyó que la resistencia del pueblo cubano y la vigencia del legado fidelista sostienen la convicción de que “la luz al final del túnel” llegará con el empeño colectivo y la defensa inquebrantable de las conquistas de la Revolución.
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