Sus muros de piedra, resistieron más de dos siglos de historia, no apuntan al mar Caribe, sino hacia el interior de la isla, peculiaridad arquitectónica que revela su verdadera misón primigenia: defender la colonia británica no de invasores navales, sino de la resistencia del pueblo Caribe.

La construcción del fuerte comenzó en 1763, fue completada en 1806, y lo nombraron en honor a la reina Charlotte de Mecklenburg-Strelitz, esposa del rey Jorge III de Inglaterra.

En su esplendor, la estructura albergaba una guarnición de 600 soldados y más de 30 cañones y piezas de artillería.El fuerte fue un escenario clave en los conflictos contra los Caribes Negros, hasta que su resistencia fue aplastada en 1796 . La vida del Fuerte Charlotte no terminó con su función militar. A lo largo de los años, sus instalaciones se adaptaron para diversos usos, reflejando las necesidades cambiantes de la isla. En distintos momentos, sirvió como prisión, hospital mental y asilo para pobres.

La antigua prisión para mujeres, ubicada en los barracones inferiores con capacidad para hasta 50 reclusas, finalmente cerró sus puertas en 2015.

Hoy, el fuerte es sitio histórico y museo. Lo que alguna vez fueron los cuarteles de los oficiales ahora albergan un pequeño museo que exhibe pinturas e historia de los Caribes, ofreciendo una colorida y vital interpretación de la historia y cultura del país.

En el fuerte también opera el Faro Charlotte, que guía a los barcos hacia la bahía de Kingstown, y es la base de la estación de radio de la Guardia Costera.

Es reconocido como un Monumento del Patrimonio Cultural y está integrado en el Programa Transcultura de la Unesco, considerado como un Hito Cultural dentro del Plan del Sistema de Parques Nacionales y Áreas Protegidas de San Vicente y las Granadinas, lo que garantiza la protección de sus valiosas características históricas.

Otro atractivo especial, además de su rica historia, es la vista panorámica que ofrece su posición privilegiada, pues desde sus murallas se puede apreciar Kingstown, y en días excepcionalmente claros, la vecina isla de Granada a 90 millas de distancia.

El Fuerte Charlotte sigue en pie, y ahora no como símbolo de guerra, sino como un testimonio de la rica herencia cultural de San Vicente y las Granadinas.

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