Durante una reunión especial con motivo del Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino, conmemorado el 29 de noviembre de cada año, Rattray transmitió el mensaje del titular de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), quien denunció la violación de los derechos de los residentes en ese territorio.

Gaza está en ruinas. El hambre, la enfermedad y el trauma proliferan. Escuelas, hogares y hospitales están destrozados y decenas de miles de personas, en su mayoría mujeres y niños, perdieron la vida, señaló.

La población de la Cisjordania ocupada, incluida Jerusalén Oriental, también sufrió penurias indescriptibles en medio de las operaciones militares israelíes, la violencia de los colonos, la expansión de los asentamientos, los desalojos y las demoliciones, añadió.

Asimismo, resaltó la importancia de preservar el alto el fuego y avanzar en acciones concretas sobre el terreno.

La ayuda humanitaria vital debe entrar en Gaza sin obstáculos y a gran escala. Las obligaciones de Israel son claras, como lo describió la Corte Internacional de Justicia, dijo e instó a todos los países miembros de la ONU a respaldar los esfuerzos en favor de la población.

La condición de Estado para Palestina es un derecho. Reitero mi llamado para que se ponga fin a la ocupación ilegal y para que se avance irreversiblemente hacia una solución de dos Estados, de conformidad con el derecho internacional y las resoluciones pertinentes de la ONU, afirmó.

Asimismo, denunció las numerosas muertes de trabajadores humanitarios y de la prensa.

Lograr justicia para Palestina implica defender los derechos y las leyes en todas partes. La ONU nunca flaqueará en su compromiso con ese pueblo y su derecho a la autodeterminación. Hago un llamamiento a todos los gobiernos, la sociedad civil, los líderes religiosos y la ciudadanía en general para que alcen su voz con nosotros. La esperanza puede hacerse realidad, señaló.

Espero que los niños de Palestina e Israel despierten algún día en un mundo sin miedo; que las familias de todo Medio Oriente vivan con dignidad, no en la desesperación; que dos pueblos, unidos por la historia, la geografía y la humanidad, convivan en paz, concluyó.

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