Durante la víspera, el mandatario Gustavo Petro alertó que parte de ese tribunal busca hundir la norma, lo cual, según aseguró, sería un gran insulto a la idea de construir un Estado Social de Derecho.

“Que aversión tan terrible a que la gente trabajadora de Colombia tenga derecho a pensionarse. No sé si el odio a Petro los lleva a odiar a los viejos y viejas de Colombia. No sé si no han comprendido que al hundir la ley pensional llevarán a la quiebra también a los fondos privados de pensiones”, escribió el gobernante en su cuenta de la red social X.

Calificó como un absurdo la tesis esgrimida por algunos magistrados de que no se cumplieron los requisitos de forma en el Legislativo, es decir, los pasos y procedimientos formales que debe seguir un proyecto para convertirse en ley.

El jefe de Estado consideró que existe un verdadero movimiento de tipo político y no jurídico, para hundir la reforma pensional, en tanto pidió que se instaure el comité para reunir las firmas suficientes para convocar la asamblea constituyente.

“No nos debemos dejar quitar la posibilidad que Colombia sea un país de oportunidades para progresar y de esperanza y no una finca de seis sujetos que la manejan para enriquecerse y excluyen a todos los demás, incluidos los viejos que ya no pueden trabajar”, expresó.

Con un empate de 4-4 durante la víspera, la Sala Plena de la Corte Constitucional estuvo dividida acerca del futuro de la reforma pensional por lo cual se decidió que el conjuez Carlos Pablo Márquez será quien defina la cuestión una vez que haya estudiado el caso.

Si bien los magistrados de la Corte son nueve, Héctor Carvajal se vio impedido de acudir a la votación tras la aceptación por ese tribunal de una recusación interpuesta contra él por la senadora Paloma Valencia, del partido opositor al Gobierno Centro Democrático.

La decisión del órgano judicial se basa en si la Cámara de Representantes subsanó o no los vicios en los que presuntamente habrían ocurrido en el último debate de la reforma, examen que es catalogado por Petro como un absurdo.

La reforma pensional incluye, entre otras facilidades, beneficios para dos millones y medio de ancianos que no cotizaron nunca o resultaron privados de ese derecho y hoy tienen más de 65 años.

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